domingo, 18 de marzo de 2012

Abnegado servicio.

Por mucho que nos cuenten o leamos, la dureza del servicio en la Rampa de Pajares en tiempos de la tracción vapor debió ser inenarrable. Solo el abnegado espíritu de servicio por parte del personal hacía que el ferrocarril no se detuviera. Un dramático ejemplo es el aparecido en el diario "El Isleño" el 31 de enero de 1891.



Afortunadamente las condiciones fueron cambiando con el tiempo; al tratarse de una locomotora exploradora, probablemente fuera una de las veteranas locomotoras de la Compañía del Norte o del Noroeste, cuyas cabinas apenas consistían en una chapa vertical sin apenas paramentos ni techo en alguno de los casos; con el cambio de caldera realizado a lo largo de la primera década del siglo XX fueron instaladas nuevas cabinas, al estilo de las que llevaban las locomotoras originales de AGL.

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